Este fin de semana se celebra en Belmonte de San José, en el Bajo Aragón  la primera edición de la Feria de la Trufa de Verano. Se trata de una gran  iniciativa   dadas las grandes posibilidades que ofrece la trufa de verano para rentabilizar muchos terrenos. Cultivos Forestales y Micologicos vamos a estar presentes  con las plantas truferas tanto de trufa negra como de verano.

La trufa de verano (Tuber aestivum),  llamada también trufa blanca o trufa de San Juan es dentro de las diferentes trufas comerciales la más extendida y abundante en los montes de la península ibérica. De carácter heliofilo, se asocia  a árboles o arbustos tipo encina, coscoja, quejigo, etc. Comercialmente se cotiza menos que la negra  pero no es nada despreciable su valor (al recolector le pagan entre 30 y 100 euros/Kg aproximadamente).

Las plantaciones de esta especie de trufa se inician actualmente y pueden producir más cantidad por superficie que la “melano”. Esta especie admite más variedad de suelos y climas que su hermana la negra, este hecho puede favorecer su cultivo en numerosos terrenos. Otros  factores a destacar a su favor es que se desarrolla mucho mejor que la negra en suelos con un porcentaje de arcilla alto, no tiene una dependencia para dar cosecha de las lluvias de verano y se recoge en unos meses – de mayo a agosto-, en que no hay otras trufas frescas  en el mercado, salvo en conserva.

Sus necesidades hídricas le permiten vivir en lugares con lluvias escasas (alrededor de 300 mm) pero también en regiones húmedas, por ejemplo en encinares de la cornisa cantábrica sobre sustrato calizo con precipitaciones de 1000 mm.

Los apoyos culturales para sacar adelante su cultivo son similares en principio a los dados para la  trufa negra en relación a como trabajar el suelo y realizar la poda, en cuanto al riego no se conoce con exactitud los periodos clave,  pero parece que tienen importancia las lluvias o nieves de finales de invierno y la primavera, pero hay quien piensa  que las de otoño influyen también, sin embargo sus modestas necesidades de humedad en verano hacen factible un  cultivo sin riego en numerosas regiones.

Según Juan Andrés Oria De Rueda  (Universidad de Valladolid): “La principal ventaja de la trufa de verano se debe a su facilidad de crecimiento en terrenos secos, margosos y arcillosos, a causa de su plasticidad ecológica y mayor resistencia a las perturbaciones, sequías, etc”