Conocido es desde hace tiempo el inconveniente que representa para el éxito productivo de una plantación las masas forestales que circundan el perímetro de la parcela. El impacto negativo sobre las plantitas micorrizadas más cercanas les impide en no pocas ocasiones la producción de trufas, el motivo es la sustitución de las micorrizas de trufa por otros hongos asociados a los árboles forestales que rodean la plantación.
(Estas fajas estrechas encajonadas entre el bosque es donde más riesgo existe de contaminaciones y fracasos productivos).
En España es frecuente encontrar plantaciones de trufas rodeadas por bosques de pino, roble, encina, coscoja, etc.
Recientemente fue publicado en Francia un trabajo (L’ environnament truffier: contraintes et gestion, El medioambiente trufero: limitaciones y gestión) dónde se analiza el impacto de las masas forestales perifericas en la producción truficola de las plantaciones adyacentes. En el estudio se realiza un recorrido por distintas explotaciones analizando los resultados productivos en relación a la mayor o menor incidencia de la influencia de los árboles forestales que rodean la plantación.
En general la trufa negra, hongo pionero en las raices de las plantas jóvenes es sustituido por especies forestales entre las que se encuentran otras trufas como Tuber brumale y Tuber aestivum pero sobre todo por basidiomicetes de estadios más tardios como especies de los generos Russula, Tricholoma y Boletus.
Se comenta en el estudio que la alta densidad de masa forestal de viejas plantaciones de trufa, así como el abandono de parcelas agrícolas que han sido invadidas por el avance del bosque hace crecer el potencial de inoculo forestal de las especies comentadas en el parrafo anterior lo que amplia el riesgo de contaminación de las plantaciones cercanas de trufa negra.
Algunas conclusiones que se sacan en el estudio y observación de diferentes plantaciones y situaciones sería:
En zonas donde hay influencia relativa de bosques periféricos:
– La casi desaparición de la producción bajo los avellanos (especie de crecimiento y contaminación rápidos)
– La existencia de encinas que inician su producción muy tarde (especie de crecimiento moderado y fiel a Tuber melanosporum)
– La persistencia de robles muy buenos productores habiendo tenido un crecimiento más lento que otros (virulencia activa sobre el árbol huésped)
– El fortalecimiento de la producción en el núcleo central de la plantación (efecto bastión neto frente a los árboles forestales de la orilla que contaminan las plantas truferas más cercanas)
Plantaciones con una influencia importante de masas forestales periféricas:
Las parcelas grandes de varias hectáreas solamente hay una influencia importante del bosque en las plantas truferas situadas más cercanas a la orilla que sufren la contaminación por Tuber brumale. Las zonas más hacia el centro de estas grandes parcelas representan una fortaleza para Tuber melanosporum. Las parcelas estrechas de menos de 20-30 metros de anchura acaban por abandonarse por falta de producción a pesar de que presentan suelos favorables y han recibido los cuidados necesarios. Parece que la influencia de las raíces de los árboles forestales puede alcanzar 10-15 metros en el interior de la parcela.
Plantaciones alejadas de masas forestales:
En alguna plantación más alejada de masas forestales se observa que Tuber brumale inicia su aparición en algunas plantas tras quince años produciendo Tuber melanosporum pero la incidencia es muy baja y esto sucede a pesar de que los árboles forestales se encuentran a una distancia de 250 a 500 metros. En esta situación los aclareos sucesivos permiten mantener una producción de trufa negra en plantas con treinta años de edad. La poda drástica de los avellanos no les impide seguir produciendo.
Estrategias posibles frente a estas situaciones:
– Una estrategia pasiva sería constituir un perímetro de seguridad cuya anchura debería ser proporcional al bosque que rodea la plantación.
– Una estrategia activa sería cortar las raices en el borde que penetran en la parcela, utilizando riper, grada, subsolador, etc o cortar los árboles y en ambos casos no trabajar el suelo en un ancho pasillo junto a la orilla. Disminuir la presión de recogida de trufas, ni muy pronto en campaña ni apurar hasta muy tarde aumenta la resistencia de Tuber melanosporum frente a competidores externos. La inoculación con aporte de esporas igualmente refuerza esta resistencia a la contaminación externa en plantas jóvenes.
(En esta plantación toda la masa forestal que la rodea ha sido convenientemente eliminada en una amplia franja alrededor de la parcela).
Se desaconseja plantar parcelas estrechas que estén rodeadas por masas forestales y que tengan una anchura menor de 20-30 metros. Se comenta que los truficultores achacan la falta de producción en estas parcelas estrechas al efecto de la sombra de los árboles forestales cuando en realidad se cree que es debido a un problema por contaminación de las plantas truferas.
La persistencia de raíces muertas que quedan en el suelo tras arrancar una masa forestal y poner árboles truferos genera menos problemas de lo previsto hasta ahora. Plantaciones experimentales realizadas con planta bien micorrizada con Tuber melanosporum, tras levantar viejas plantaciones que producían Tuber brumale, solo han producido Tuber melanosporum. Otras plantaciones realizadas tras uno o dos años después de arrancar un bosque de robles han producido solo Tuber melanosporum.
Si tenéis especial interés en conseguir el trabajo original:
L’environement truffier: contraintes et gestion
Station trufficole du Montat
LPA- 46090 Le Montat
France
Station.truffe@wanadoo.fr
El precio son 10 euros
Mariano Casas
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