¿Qué trufas cultivar?

La trufa negra (Tuber melanosporum) y la trufa de verano (Tuber aestivum y su variedad uncinatum ) son las dos especies posibles. La  negra es la especie más cotizada y por tanto la más interesante desde un planteamiento comercial, pero también es más exigente en cuanto a necesidad de humedad en verano y requisitos del suelo. La trufa de verano  no depende tanto de las lluvias de verano, son mas influyentes las de final de invierno y primavera, y aunque su cotización es bastante inferior respecto a la trufa negra hay factores que la hacen interesante comercialmente ya que se recoge en un periodo del año distinto a la trufa negra (el mercado de la trufa  principalmente es en fresco) y que las plantaciones de trufa de verano puedan ser más productivas. Actualmente no hay tanto conocimiento y experiencia en la explotación de la trufa de verano como en la trufa negra de invierno y por lo general cuando se habla de truficultura se hace referencia al cultivo de la trufa negra (Tuber melanosporum)

El terreno

Son adecuados los suelos calizos (ph. de 7,3 a 8,5) y bien drenados, con un nivel medio de Materia Orgánica, normalmente  entre 1,5 y 4 %. En mayor o menor grado contienen caliza activa que aporta el calcio necesario para la trufa. La abundancia de piedra pequeña es un factor favorable (no imprescindible), ya que estos suelos mantienen mejor la humedad y también mejoran el aporte de calcio. El terreno conviene que tenga una profundidad mínima de unos 30 cm.

El análisis físico-químico del terreno a plantar es importante ante la  duda de su validez.

Los terrenos más indicados para cultivar trufas son parcelas agrícolas que se están trabajando actualmente con alguno de los siguientes cultivos: cereales, leguminosas,  frutales, olivos, almendros, vid, plantas hortícolas, aromáticas etc. o terrenos agrícolas que no se aprovechan  y que no  han sido invadidos  por árboles forestales tipo -pinos, encinas, robles,  coscojas, etc. En estos terrenos podemos plantar de inmediato tras la preparación del suelo.

En el caso de terrenos agrícolas en los que han crecido espontáneamente plantas forestales es necesario sacarlas y tras ello quitar en  lo posible  los restos de  raíces del suelo, posteriormente cultivar durante dos años  cereal para limpiar el suelo de posibles hongos competidores para la trufa. Hecho esto podemos plantar trufas.

Preparación del terreno

Trabajo en profundidad del suelo ( con arado, subsolador, grada, etc) y antes de plantar pasar el cultivador para dejar el terreno listo. Es interesante que entre la labor profunda del terreno y el momento de plantar pasen algunos meses para que la tierra se oxigene y las posibles lluvias mejoren la reserva de agua.

La plantación

Se planta desde principios del otoño hasta la primavera (septiembre – mayo) dependiendo del lugar. Marcos de plantación de 6×4, 7×4, 8×4 resultan interesantes de cara al número de plantas totales por hectárea (300-400 plantas) y  para  mejor realizar los trabajos del suelo a lo largo de la calle ancha.

Una vez decidido el marco de plantación y con el suelo de la parcela preparado, se trata de plantar, abriendo el hoyo y enterrando  el cepellón de la planta, finalmente conviene apretar un poco el suelo alrededor de la planta. Es frecuente realizar un alcorque en cada planta para aprovechar de forma óptima los riegos o el agua de lluvia, sobre todo los dos primeros años, que son los más críticos para la supervivencia de la planta. Es bastante común y conveniente colocar en cada planta un protector de unos 40 cm de altura para favorecer el arraigo del árbol. Estos protectores suelen dejarse entre uno y dos años, luego conviene retirarlos.

Métodos de truficultura propuestos.

Aunque se vienen practicando diferentes métodos de truficultura y todos ellos pueden ser validos, hay algunos que a la luz de los últimos trabajos publicados  y de algunas experiencias de campo, pueden  mejorar la producción en las plantaciones.

Podemos hablar de los métodos tradicionales y los métodos más nuevos tipo J.A.AD o el método Angelozzi.

a) Los métodos tradicionales.

Generalmente lo que se viene haciendo hasta ahora respecto al trabajo del suelo los primeros 4-6 años de vida de la plantación son pases de cultivador en toda la superficie durante la primavera para evitar el desarrollo excesivo de vegetación anual en las parcelas. En primaveras muy lluviosas se da un mayor número de pases. Alrededor de la planta se realiza una escarda manual varias veces desde marzo a octubre según necesidad. Estas labores de grada o cultivador profundizan por lo general poco (5-10 cm). Cuando aparecen los quemados en el suelo alrededor de las plantas, esto suele suceder hacia los 4-6 años, o bien se sigue trabajando toda la superficie del suelo (en marzo-abril) como antes, pero también hay quien decide limitar el trabajo del suelo a los pasillos centrales dejando sin trabajar las zonas que empiezan a quemar (que sería la zona de influencia de las raíces de la planta). Una tercera posibilidad sería dejar de trabajar toda la superficie pues las plantas ya con un desarrollo considerable no precisan ayuda, por otra parte la vegetación herbacea del suelo ira perdiendo vigor (los quemados se extenderán) con los años y por el contrario los árboles irán ganando presencia. Esta tercera opción puede ser más razonable en suelos con una textura franco-arenosa o arenosa.

En los últimos años  estas labores se vienen complementando con los pozos o “nidos”. Se trata de favorecer la producción  realizando a partir de los 5 años agujeros o pozos en el suelo en la superficie del quemado, allí se entierra una mezcla orgánica  con esporas de trufa  y otros aditamentos. Estos “nidos”, así llamados en el argot trufero, tienen una profundidad entre 20 y 30 cm los cuales se rellenan con la mezcla citada hasta la mitad  (1-3 litros de mezcla) y vuelve a colocarse tierra encima hasta alcanzar la superficie del suelo. Generalmente a partir del segundo año pueden ir apareciendo trufas en estos “nidos”.

La poda en los métodos tradicionales se lleva a cabo  con pequeñas intervenciones anuales por lo general a principio de primavera, pero también hay numerosos truficultores que la realizan en otros periodos del año. Se sigue generalmente la pauta de ensanchar el árbol hacia arriba (vaso) dejando el tercio inferior del árbol libre de ramas.

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Plantación adulta con poda y trabajo del suelo en toda la superficie. (Método tradicional)

b) Nuevos métodos de truficultura.

Nuevas publicaciones y experiencias de campo vienen proponiendo nuevos métodos que creemos que con el tiempo irán ganando terreno a los métodos más tradicionales.

Desde Francia con el método J.A.AD o desde Italia con el método Angelozzi así como desde experiencias propias en plantaciones españolas, nos indican  que otro modo de enfocar el trabajo del suelo puede resultar más interesante desde el punto de vista productivo.

En estos nuevos métodos se aconseja trabajar desde el primer año la zona de influencia de las raíces del árbol y no toda la superficie de la parcela. Cada año en marzo-abril ampliaremos la superficie trabajada hasta llegar al año 5-6 con tres-cinco metros trabajados a cada lado del árbol. Esta zona se seguiría trabajando cada año ( o cada 2-3 años) pero ya no ampliando. La profundidad de trabajo del suelo podría variar desde un trabajo poco profundo (5-10 cm) hasta un trabajo más profundo (20-30 cm.). Debemos respetar la misma profundidad de trabajo año tras año. Con este método se pretende realizar periódicamente una poda de raíces de modo que el sistema radicular del árbol se estimule constantemente con la formación de raíz joven  más activa en cuanto a formación de  micorrizas y por tanto de trufas. También se persigue airear y enhuequecer el suelo sin mezclar horizontes para favorecer la humedad de este y el crecimiento de las trufas. Las trufas cuanto más profundo sea el trabajo del suelo  mejor van a aguantar las inclemencias del tiempo (sequías y hielos) puesto que se formaran a mayor profundidad y estarán más protegidas.

Si la profundidad de trabajo  del suelo decidida es menor de 15 cm, podemos complementarla con la realización de “nidos” a partir de los  4-5 años. Si la profundidad es mayor convendrá aportar esporas de otra manera, podría hacerse en el momento del trabajo del suelo con un depósito y un sistema de inoculación que nos localizase las esporas  entre 15 y 25 cm de profundidad.

Cada año durante el mes de marzo, podaremos también la parte aérea del árbol, generalmente en forma de vaso que ensancha hacia arriba, también cuando los árboles van alcanzando edad se despeja mediante poda el interior del árbol para favorecer  la emisión de nuevas ramas en primavera.

Con la poda de raíz y aérea se busca un rejuvenecimiento permanente del árbol  para que mantenga una actividad fotosintética alta a lo largo de los años y un sistema radicular en constante renovación. Estos hechos a la luz de los últimos trabajos y experiencias favorecen  la mejora de la producción.

¿Qué pasa con las hierbas de la parcela? No aconsejamos utilizar herbicidas. Conviene segarlas y no matar la raíz. Los primeros años puede ser suficiente un desbroce alrededor de la planta (si no nos molesta que existan en el resto del campo), cuando se forme el quemado desbrozarlas o segarlas alrededor o a lo largo del pasillo que limita con la zona trabajada. Según la superficie de la plantación puede ser necesario mecanizarnos con  desbrozadora para el tractor.

La maquinaria y aperos más interesantes para este método de truficultura es un pequeño tractor de 25-60 CV ( del menor peso posible), un cultivador versátil con ganchos de flecha verticales o hacia atrás, desbrozadora o segadora,  trituradora de restos de poda que convendrá incorporarlos al suelo de la parcela y  un deposito preparado para inocular las esporas  al realizar el trabajo del suelo.

El orden de los trabajos y tareas en la plantación sería el siguiente (en fase productiva): Poda y aclareo de los árboles a finales de marzo, triturado de la poda sobre la misma parcela, trabajo del suelo con incorporación de esporas (finales de marzo-abril),  desbroce o siega durante la primavera de la vegetación anual. Riego sobre todo de mayo a septiembre si faltan las lluvias y finalmente recogida de trufa desde diciembre a mitad de marzo con la ayuda de un perro adiestrado.

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Plantación donde se trabaja solamente la zona de influencia de la raíz del árbol según los nuevos métodos comentados.

plantacion 3 pozos

El apoyo con apertura de pozos y relleno con sustrato especial para truficultura es una técnica que se puede aplicar tanto en los métodos tradicionales como en los nuevos métodos.

El riego de las plantaciones

El riego de las plantaciones en periodo productivo es casi una necesidad si queremos mantener una estabilidad en la producción.

No permitir periodos entre riegos (o entre lluvia y riego) de más de 15-20 días  de mayo a septiembre

Aunque cualquier sistema de riego que proporcione humedad al suelo en momentos de necesidad puede mejorar la producción de trufas, en la práctica el que mejores resultados productivos proporciona es la micro aspersión. Se trata de colocar micro aspersores generalmente en la base del árbol trufero que pulverizan el agua en la zona del quemado durante varias horas, de este modo el agua moja uniformemente toda la superficie  y penetra en el suelo hasta una profundidad  de 25-30 cm. Es importante cerciorarse de que la humedad alcance esa profundidad. Riegos superficiales de menos de 10 cm  pueden resultar poco efectivos.

Estas instalaciones de micro aspersión  se alimentan de agua desde  balsas o depósitos, también directamente desde  pozos perforados que tengan caudal suficiente o incluso en pequeñas plantaciones puede llevarse con cubas a las que se conecta el sistema de riego dando presión con una pequeña bomba para tal fin.

Recolección de la trufa

El periodo hábil de recogida de trufa negra va desde mitad de noviembre o principios de diciembre hasta mitad de marzo. Puede depender de la climatología del año o incluso de la legislación autonómica el que se inicie en noviembre o en diciembre. Se utilizan perros adiestrados para localizar la trufa en el suelo y conviene pasar por la plantación con una periodicidad de seis a diez días dado que la trufa va adquiriendo aroma hasta que el perro es capaz de detectarla. Ni que decir tiene que un buen perro facilita mucho el trabajo. La trufa cuando la marca el perro escarba en la vertical donde se encuentra, posteriormente el trufero con el machete reglamentario saca la trufa con cuidado y vuelve a tapar el pozo cuidadosamente con la misma tierra y en el mismo orden  que la saco. La trufa podemos conservarla en fresco antes de venderla un máximo de 10-12 días. La trufa desde el momento que se extrae del suelo empieza a perder calidad por lo que conviene venderla con rapidez.